Unos consejos con Oscar Pujol
lunes, 15 de octubre de 2018
domingo, 16 de septiembre de 2018
Vuelta a España 2018
Unas fotucas de la Vuelta a España 2018 a su paso por Cantabria con la CRI entre Santillana del Mar y Torrelavega y de la salida desde Getxo del día siguiente.
viernes, 13 de julio de 2018
Circuto Cántabro Junior 2018 - El Camargués
Después de la carrera de Grado
tocaba correr el Circuito Cántabro Junior, el “Camargues”. Era una vuelta de 2
días con un doble sector.
La primera etapa de
60 km, era muy rápida (íbamos rodando tranquilos a 45 km/h), rompe
piernas y por tanto dura. Por la tarde había cronoescalada al Churi, corta pero
intensa. El día siguiente era el día grande con un recorrido de 108 km, con
varios puertos y un calor asesino. Iba a ser una vuelta dura, con mucho ritmo y
peligro.
Llegamos a Maliaño, de donde salían
las dos etapas de línea. Nos preparamos para la presentación de equipos, y
después para salir. La salida fue extraña porque no me enteré que habían dado
la salida oficial, porque el ritmo era
el mismo, íbamos a fuego cuando estaba el coche y cuando se quitó.
Hicimos los primeros kilómetros en dirección Hoznayo por la costa con un bonito
paisaje. Hacía bastante viento así que yo iba escondido en el grupo.
Llegamos a
Hoznayo y empezaron a pegar tirones. Se juntaron zonas estrechas con repechos y
se originaron muchos cortes. Me quedé un poco pero enseguida reenganché con el
grupo. En Solares, ya se acabó de romper para mí, las dos subidas hacia Heras
me dejaron fuera de carrera. No era capaz de seguir el ritmo y peté. Y después
de estar tirando en un grupo para seguir en carrera, nos retiraron.
No me hizo gracia que en esta altura de la
temporada me quede en la primera etapa.
sábado, 30 de junio de 2018
5º Trofeo Santiago y Santa Ana de Juveniles - Grado (Asturias)
Y volvimos a correr a Asturias, esta vez a Grado. La última vez
que corrí en esa comunidad, no me fue mal (Vuelta a la Montaña Central).
Y después de la última carrera, no podía
hacerlo peor, así que iba a pasármelo bien. Fuimos por la mañana a comer allí,
porque si no se hacía muy tarde. Y nos dio el tiempo justo para comer, ya que
en cuanto terminamos empezó a llover mucho. Pero cuando digo mucho, estoy
diciendo muchísimo. Se inundó la zona en la que estábamos. Encima eran unas
gotas enormes, que resonaban mucho dentro del coche.
Y cuando pensábamos que iban a suspender la carrera, dejó de
llover. Así que salimos.
Las carreteras asturianas son, en su mayoría, malas. Son
resbaladizas, están descuidadas, tienen muchos baches. Y encima era una carrera
con mucha gente, lo que la hacía peligrosa. Empecé mal. Iba atrás haciendo la
goma en los pequeños repechos del principio de la carrera.
Así que si no iba a
acabar, pensé, iba a intentar algo. Y me fui a cabeza del grupo y justo se hizo
una escapada. No me dio tiempo a meterme, pero se metió un compañero de equipo.
Como se hizo un grupo majo, empezaron a saltar más corredores, así que salí con
ellos, para intentar que no cogieran la escapada y si la cogían, pues me había
metido con ellos. Y efectivamente pasó eso. Nos cogieron, pero lo volví a intentar, y
nada. Y lo volví a intentar, por tercera vez, y se formó un grupito. Y parecía
que nos íbamos, pero enseguida se pusieron a tirar y echaron abajo nuestros
intentos. Y nos metieron a una carretera muy mala, donde se rompió el grupo y
me quedé fuera. Al cabo de un rato,
volvimos a entrar. Seguimos rodando prácticamente todo por llano, hasta
que llegamos al puerto. Se hicieron grupos y cortes, y me metí en uno de ellos.
Las bajadas estaban muy mal, y hubo muchas caídas. Yo bajaba con cuidado. Veía
todas las caídas que se estaban produciendo. Había gente en la carretera, gente
en las cunetas, gente en los prados.
Y no quedaba nada para acabar por lo que
arriesgar ahí era tontería. Llegamos a meta en un grupo, donde quedamos en
entrar todos juntos, porque habíamos estado colaborando entre casi todos para
llegar a meta, a excepción de alguna persona, que nos atacó en meta.
Estaba contento, porque había acabado bien pese a no haberme encontrado
bien al principio.
jueves, 28 de junio de 2018
II Gran Premio "El Baruco" Igollo de Camargo
Después de la Vuelta al Besaya,
tocaba ir a correr a Igollo de Camargo, carrera organizada por Miguel Movellan,
padre de mi compañero de equipo Víctor. La carrera se presentaba dura. Era
larga, muy rompe piernas (se subía dos veces el Churi), y además entre semana
(normalmente se va más rápido y la Guardia Civil te retira antes).
Pues después de prepararlo todo,
firmar, calentar… nos fuimos a la salida.
Fuimos neutralizados hasta Bezana, pero parecía que íbamos en carrera.
Dieron la salida oficial, y pasó como en la carrera de Cacicedo.
Atacaron dos
componentes del MMR en el mismo sitio. La diferencia, es que esta vez eran los
que más andaban. Aguanté a duras penas hasta el alto de San Mateo, donde se
tranquilizo la cosa (lo justo). Y en Piedras Negras ya se acabo mi aguante en
el grupo.
Volvieron a atacar y me quedé en otro grupo. Fuimos colaborando,
luchando por volver a entrar al pelotón. Nos retiraron poco después. Así fue la carrera
que al final acabaron bastantes menos de la mitad de los que habíamos salido.
Me dio rabia haber ido allí para
quedarme en la primera vuelta.
viernes, 22 de junio de 2018
Vuelta al Besaya junior 2018
Y llegó mi primera Vuelta al Besaya
como junior. Eran cuatro etapas en cuatro días seguidos, de jueves a domingo.
Aparte del nivel de los corredores y equipos que venían a correr, que iban a
poner un ritmo demoledor, el recorrido era muy exigente.
La primera etapa, que
es a la que nos dirigíamos salía de Los Corrales de Buelna, donde se encuentra
la sede del club organizador (Bathco), dábamos una vuelta por San Felices de
Buelna, Barros para volver a la salida donde encontraríamos una meta volante.
Luego iríamos a Hijas (premio de la montaña) y después a hacia la Vega de Pas,
para subir La Braguía y bajar a Villacarriedo, para llegar a Cabárceno, donde
la etapa acabaría después de las duras rampas que allí nos esperaban.
Hubo presentación de equipos, y uno
a uno nos fueron nombrando a todos los corredores, para formar la parrilla de
salida.
Salimos neutralizados un poco y en
cuanto dieron la salida oficial empezó el ritmo que iba a acompañar toda la
etapa. Dimos la primera vuelta. Yo iba resguardado en el grupo, intentado no
caerme y no quedarme. Llegamos a Hijas y empezaron los arreones para el
llevarse los puntos de la montaña. Yo iba aguantando bien, pero no quería bajar
el ritmo porque si frenaba un poco me quedaba en el sitio. Y fue pensarlo y trabarnos
varios corredores con la moto. Me solté del grupo, pero al poco de llegar
abajo, volvimos a enganchar. Y otra vez me volví a resguardar en el grupo para
llegar a la Braguía lo más fresco posible. Me encontraba bien, no iba sufriendo
mucho, por lo menos hasta que nos acercábamos a la Vega de Pas, porque ahí ya
me empezaron a doler las piernas. En el puerto ya fue un “sálvese quien pueda”,
y cada uno subía a su ritmo. No conocía la subida y sufrí un poco al principio
pero hasta que cogí pedalada.
Después hice el descenso con otros dos
corredores. Nos adelantó un coche de un equipo y estuvimos un rato detrás de
él, hasta que pegó un acelerón y se fue al grupo de delante (estábamos a punto
de cogerlo), y se los llevó. Entonces perdimos de vista al grupo. Nos juntamos
varios y empezamos a colaborar para llegar a meta, que no quedaba nada. Y a
falta de 5 km, en Sarón, nos retiraron de carrera. No podían, porque en el
reglamento de la prueba ponía que el tiempo de fuera de control eran 25 minutos
y nosotros no llevábamos tanto. Llegamos a Cabárceno, y allí fue donde peor lo
pasé de toda la etapa. Las ramponas que teníamos que subir parecían muros. Y
medio muerto, llegué a meta con un grupo, pero no nos clasificaron.
Y después de quejarse mi director y
luchar por que pudiera salir al día siguiente, me dijeron que si. Así que me
marché a casa pensando que sí. Más tarde llamaron que el director de arbitraje
se opuso a que saliéramos.
Y por la mañana volvieron a llamar,
después de haber asumido que no iba a salir, para decirme que después de poner
un queja a la organización habían repescado a todos los que llegaron con menos
de 25 min.
La segunda etapa era muy ratonera
al principio, por una carretera muy estrecha y muy rompe piernas a la que
dábamos dos vueltas, para ir al Alto de San Martin (premio de la montaña),
después Hijas (premio de la montaña, también) y luego el mismo circuito en Los
Corrales que la primera etapa para acabar en Bostronizo (efectivamente, premio
de la montaña también). Era muy importante salir por delante, porque iba a
haber una escabechina en el primer circuito. Y aunque lo intenté, entre 200
corredores no pude pasar a todos. Y me quedé cortado en la primera subida.
Después por mucho que me esforzaba, el pelotón solo me metía más tiempo. Me
metí en varios grupos, hasta que finalmente me quitaron en Hijas. Y así se
termino mi experiencia en la Vuelta al Besaya 2018, llegué en una grupeta con
otros corredores para ver llegar a mis compañeros.
domingo, 17 de junio de 2018
Memorial José Luis Junco - Copa de España Junior 2018
Y llegó la prueba de la Copa de
España, celebrada en Unquera, organizada
por el director de mi equipo, José Enrique Argüelles, patrocinado por Junco
Pindal. Fuimos pronto, ya que nosotros
colaborábamos con la organización.
Hacía muy buen día desde bien
temprano, lo que se resumiría más tarde en un calor asqueroso (para mi gusto).
Nos preparamos y fuimos a firmar, para que nos diera tiempo a calentar y a
tener la reunión de equipo.
Salimos muchísima gente, todos
nerviosos, porque se venía una carrera bastante dura. Eran 110 km, con un recorrido realmente
exigente. La zona que más miedo me daba
era los pasos por Unquera, era una carretera estrecha y con muchas rotondas,
isletas, bordillos, bolardos… etc. De ahí nos fuimos a San Vicente por Los
Tanagos. Subíamos por ahí, para bajar a la localidad costera. Ahí vi la primera
librada del día cuando hubo un choque entre dos ciclistas justo delante de mí,
pero por suerte, no se fueron al suelo. Salimos
de San Vicente siguiendo el mismo recorrido que la carrera que se disputó en el
mismo pueblo hace unos meses. Y nada más entrar en la zona estrecha, hubo una
caída masiva que me pilló aunque no llegué a tocar el suelo. Aun así, me volví
a meter en el pelotón sin mayor dificultad.
Volvimos a Unquera y solo llevábamos
un cuarto de carrera. Pero ahí empezaba lo duro de verdad. Subimos a Colombres,
donde estaba la meta, y aunque cruzamos la línea de meta, todavía era muy
lejana. Nos dirigimos a El Peral, para meternos a una carretera estrecha muy
rompe piernas. El pelotón estaba cortado y había infinidad de grupitos. Y en
uno de esos estaba yo. Íbamos en dirección a Panes, por una carretera de
montaña. Bajábamos muy fuerte, para no perder rueda con los de delante. Ahí vi
otra librada, pero esta fue mía, cuando me adelantó el coche de la Fundación
Contador en mitad de una curva y de repente se cerró. Estuvo a nada de
atropellarme. Y poco más adelante se termino mi carrera. No porque fuera mal.
No por una avería. Ni por una caída.
Se escaparon unos caballos de un prado que
había allí. Estaban muy asustados y se metieron a la carretera. A bajar el
puerto delante de mi grupo, ocupando toda la carretera. Y no pudimos pasarlos.
De bajar casi a 70 km/h a bajar a 20 si llegaba. Y el pelotón se fue. Y nos
metieron muchísimo tiempo a la salida de Panes. Y por mucho que nos
organizábamos, ni siquiera recortamos tiempo.
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