Una vez
finalizada la vuelta al Besaya, se acababa oficialmente mi temporada 2017 de
carretera.
Y el 1 de
Octubre, empezaba una nueva etapa para mí. Empezaba mi tercera temporada de
ciclo cross, empezaba mi primera temporada como junior, empezaba en un nuevo
equipo, el Bicicletas Meta. Muchas ganas y mucha ilusión.
Comenzábamos
un año más en la tradición del ciclo cross y esta vez la primera carrera de
España se celebraba en Los Corrales de Buelna.
El circuito no
había cambiado mucho. Se lleva haciendo tres años y este era una mezcla del
primero y segundo. Era un circuito muy rápido pese a las apariencias. Tenía un
puente con escaleras y dos troncos como obstáculos. Me venía mucho mejor que
tuviera barro, ya que lo haría más técnico y lento.
En principio mi
temporada empezaba en Medina y Villarcayo, pero estaba antes Los Corrales y es
una carrera de Cantabria, así que seguimos con lo planeado y hacer de esta
carrera y la siguiente un entrenamiento fuerte. Sabía que la carrera se me iba
a hacer larga, ya que había empezado a entrenar la semana antes. El circuito ya
le conocía de verle esa semana.
Me levanté por
la mañana y no me encontraba bien. Llevaba dos días tomando medicamentos porque
estaba resfriado y este era el tercero. Calentando en el rodillo ya vi que
tenía las pulsaciones muy altas y no era normal.
Fue una salida
extraña. El árbitro no dijo nada y de repente pitó. Nos pilló desprevenidos a
todos pero a mí me vino bien. Salí bastante bien, hasta la primera curva donde
hubo una caída y me pilló a mí. Así que me quedaba rezagado. Luego la carrera
fue para mí muy larga. Las primeras vueltas las aguanté bien, no buenas
sensaciones, pero las aguanté. Luego empecé a ir mal. Quería probarme un poco y
cogí a dos corredores y les intenté dejar. Y fallé. Peté. Empecé a ir mal y
cada vez peor. Así que me cogí un ritmo
cómodo para poder acabar.
Acabé un poco desanimado pero sabía que había
que darle tiempo al tiempo para seguir mejorando.
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