Y para
terminar con el tríptico burgalés (el Trofeo de Diputación de Burgos, que
consta de las tres pruebas de Fresno de Rodilla, Medina de Pomar y Villarcayo),
tocaba subir a correr a esta última localidad, al parque el Soto sobre el río
Nela.
Llegamos
prontito y fui a dar una vuelta al circuito. No había cambiado mucho, pero se
había vuelto mucho más rápido de lo que era (y era muy rápido). Es un circuito
donde vas siempre a tope, porque no hay zonas de descanso, ya que si decides
levantar un poco el pie para respirar te quedas atrás. Aparte de eso es un
circuito muy completo, con escaleras, tramo de arena (que se hacía realmente
duro con el paso de las vueltas), tablones… etc.
Después de
calentar y demás, fuimos a la salida, donde fueron llamando por el ranking del
trofeo. Como había perdido mucho por el pinchazo de Medina estaba atrás, y
acabé en el peor sitio colocado, entre la carretera y la acera, en el
canalillo. Dieron la salida y yo no podía salir y casi me voy al suelo. Llegué
mal a la campa, y aunque remonté un poco en las primeras curvas aprovechando
algunos parones, estaba muy atrás. Acabé la primera vuelta, sin ningún percance
salvo algún “uy”.
Las siguientes vueltas fueron muy parecidas entre sí. No
conseguía coger un buen ritmo, aunque ganaba posiciones no me encontraba nada
cómodo. Iba cogiendo corredores, luchando la posición con algunos, y con otros
no. La arena se me hizo bastante dura, pese a que más o menos el correr a pie
lo llevo bien. Iba con el corazón en la boca, porque aunque es un circuito que
desde fuera no parece duro, es un circuito donde no puedes relajarte nada,
porque siempre estas a tope.
Entré en meta un poco desanimado porque no iba como me gustaría. No había aguantado bien la carrera y no me veía del todo bien.
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